Todas las historias tienen un final y no es feliz, quizás me equivoqué al pensar en un futuro junto a ti. Y sé que no se puede cambiar nada ya, paso de rayadas porque ni siquiera ya me dan ganas. Tengo una espina clavada que se agota como la tinta, no todo es tan bonito como te lo pintan y lo siento, sé que no soy perfecta, JURO NO VOLVER NUNCA JAMÁS A MIRAR HACIA ATRÁS.
Nadie puede calmar este odio que encierro dentro, mi cuerpo está por explotar, murió y quedó sin sentimientos; miento al decir que soy otra pero vivo en el abismo, no es que mi corazón esté roto es que ya no es el mismo. Mis ojos están secos, ya no lloran, pero quiero desahogarme de este peso que me controla, y quizá sea verdad, ya no sé que creer, quizá el amor no exista y me pregunto por qué creí en él.
Las promesas son mentiras, el silencio te escucha, el tiempo nos olvida, la vida es una continua lucha. El paisaje cambia porque no puedo pintarlo yo, si sigo aqui es porque tengo un contrato con Dios.
Te juro que pensé que tu podías ser mi vida y no quiero pensar que me equivoqué como la mayoría y sé que mereces mucho más, quizás me sienta así por nunca sabertelo dar. Se empieza por perder la ilusión y luego la magia, después se va la esperanza hasta que ya no queda nada: sólo rabia y odio, todo porque se acaba. Sientes como la poca luz que queda se apaga.
Perdí personas, perdí tiempo y cosas que que quiero; ALGO QUE NO PODRÍA PAGAR NI EL MISMÍSIMO DINERO
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